Comenzar el juego

"Pero el material se rebela, también juega y el pintor dialoga con él para dominarlo y se enfurece, grita en el silencio inevitable y la furia cobra color y fuerza, determinación; es una lucha sorda con toda su violencia. A todo esto hay que agregar el bagaje de cada artista, la cultura, en el entendido de que la palabra cultura lo comprende todo, es decir, todo lo que el hombre a modificado a lo largo de su historia, su entorno social, sus pretensiones y sus sueños, todo aquello que lo hace ser, incluidas sus creencias, porque a pesar de todo nadie puede expresar nada que no pertenezca o provenga de sus vivencias." O.V.

.




16 de diciembre de 2013

Las líneas y las palabras.


A veces me pongo a pensar en que tal vez no tengas tiempo como para estar perdiéndolo tratando de quitarles lo torcido a mis palabras, que de seguro estarán mal dichas, pero te puedo decir, que  solo     tratan de aclarar las cosas que vienen del corazón.   Me doy cuenta de que si no las uso como debe ser no sirven para nada y acaban confundiéndolo todo. Cada vez que te escribo con las manos de Don José, descubro que no son lo mismo las palabras habladas y las escritas y también me dan ganas de llorar, porque  no sé cómo decir, que en lugar de escribirte  me gustaría contártelo todo pero en persona, mirándote a los ojos.   Todavía no encuentro las palabras que corresponden para decírtelo.
    Me gustan mucho las palabras pero a veces se me esconden, creo que se meten debajo de las tablas del suelo y que se las lleva el aire ese que resopla a ras sin detenerse, pero lo bueno es que también se lleva a los alacranes que se asoman por las rendijas y así nos salvamos del mal que nos hacen todo el tiempo.   Todos los días me dice Don José que venga a verlo y que le platique, que no me preocupe tanto por las palabras, eso me dice cuando me pongo a platicar con él, insiste en que poco a poco me las aprenda para que las use como las vaya necesitando, que más que nada las comprenda y sepa lo que quieren decir, no sea que sin saberlo terminen diciendo otras cosas y queden todas alrevesadas ... pero eso sí me cuesta más trabajo entenderlo.  No me explico cómo es que las palabras pueden decir cosas distintas a las que siempre dicen, eso no lo entiendo, pero cuando estoy con esas dudas, Don José me vuelve a decir que mejor le vaya contando las cosas y que no me distraiga, porque de lo que yo le cuente se agarra él para escribirlas en un papel, las va pegando una por una con mucho cuidado y me las entrega al día siguiente en un papel doblado para que me lo lleve metido  en la  bolsa de la camisa y cuando llego a la casa las veo allí, muy bien dibujadas y me gustan más todavía, las veo y parece que andan como bailando,  me doy cuenta de que cuando se terminan dejan unos hilos largos que se van haciendo delgaditos hasta que desaparecen, pero luego empieza otra y esa, la que sigue, siempre es más bonita y todos los días es así. 
    Hoy encuentro que estas palabras siempre fueron nuevas, como recién escritas, y las taladro en la memoria para que ella las proteja de todo riesgo y para que el olvido no me tome por sorpresa. 

14 de diciembre de 2013

Las líneas y las palabras


Las líneas y las palabras.

4.-  Cuando las líneas encuentran afinidad con nuestros ojos, el mundo visible se deja comprender y en ese mundo, las cosas que lo componen, de las que se integra, cobran el valor que les corresponde y sus oficios cumplen con el espacio que les resulta natural, así, el mundo se equilibra y a nosotros nos obliga, nos hace entender que compartimos el lenguaje invisible de las cosas.   Sabemos que la forma los contiene y los limita, que los hace ser dentro de sí mismos sin tener que arriesgar del exterior ninguna opresión que los limite.  No hay confusión, no puede haberla, gracias a las líneas podemos decir: esta es una taza y aquello es un florero, este es un hombre y esta una mujer, nos servimos de las líneas para dejar que sus nombres los aprueben nuestros ojos.   Pero no hay líneas, ninguna de ellas las envuelve, es la luz quien descubre la diferencia entre las cosas y su peso y su espacio, su color, su contenido; pero nos engaña, porque a través de los ojos del dibujante nos transforma en conversos juramentados, en diletantes convictos, en espectadores humildes dispuestos a creer que la luz de verdad lo ilumina y lo descubre todo. Pero, y las líneas ¿

   Una vez cumplido el objetivo de representar, de reconocer para todos, por su forma, el oficio de la cosas, las líneas buscan que su propia presencia les otorgue la independencia de su naturaleza, de su origen. Entonces vamos a descubrir que solo existen en la imaginación y que esta es quien señala a la mano, el camino para que la magia de la creación se haga visible y podamos, otra vez, identificar el mundo de las cosas; sin embargo, el propósito de quien las utiliza para recrear la imagen de todo lo que vemos, también recrea su acervo sensible representándose a sí mismo y su lenguaje pertenece al mundo de la emoción, es completamente personal. Todo aquello que ha sido plasmado con líneas, es decir, dibujado y reconocido visualmente, a pesar de todo y de todos, tiene, contiene una carga de valores provenientes de la capacidad de abstracción del dibujante, entiéndase: ritmo, contraste ó armonía, equilibrio, todos ellos descendientes directos de la intuición y que sumados a la maestría – experiencia – harán visible una pieza de valor considerable y satisfactorio, tal y como nos han enseñado a ver y a valorar las imágenes del mundo gráfico-visual. Pero cuando la imagen contiene estos valores aún habrá que agregar aquellos que la hacen única, convirtiéndola en una obra de creación artística: la pasión, acompañada de todas las emociones humanas dará la más alta calidad a todo aquello que sea representado.

    El dibujo siempre es nuevo porque es como la hierba que nace y vuelve a nacer, que no se repite. El artista dibujante inicia su tarea cada vez que insiste y toma su materia prima en la mano, siempre que convoca a sus apremios y los deja caer sobre una hoja de papel en cada trazo y en la repetida emergencia de su oficio.                                                          
 O. V. Colima, México 14 de Diciembre.

9 de diciembre de 2013

Las líneas y las palabras.

      1.- La única posibilidad que tenemos para entender el lenguaje abstracto, consiste en aceptar que diariamente hacemos uso de él para comunicarnos y expresarnos, para establecer un puente desde la ausencia de las formas, hasta llegar al lado opuesto, al de la identificación visual ó virtual, esa que la memoria transforma para finalmente nombrar en un nuevo nacimiento, en un bautizo reiterado  que a su vez, da lugar a consideraciones nuevas y habita en una conciencia  renovada, que nos permite reconocernos y dialogar silenciosamente entre nosotros. Las líneas como tales no existen, no las vemos por ninguna parte, no están presentes para los ojos, no cumplen con la función que nos dijeron, son el resultado de un enorme esfuerzo que hizo el hombre para comenzar a explicarse el mundo, para poder, en silencio, hablar de él y expresarse desde él haciéndolo comprensible para los demás, oradando en la tierra, rayando y trazando, hiriendo en la corteza de los 'arboles lo que sus ojos habían aprehendido a reconocer y su memoria a darle forma y nombre; después vinieron el sonido y sus matices, la estridencia y el canto, la contradicción y la tolerancia.   Las cosas finalmente fueron llamadas por su nombre, tuvieron una función, su propio oficio y nosotros también pudimos expresar a través de ellas nuestra relación con el mundo y con el tiempo que vivimos, fuimos espejo unas y otros sin distingo y el mundo se aclaró, la inteligencia terminó haciendo su parte y los objetos, las cosas, terminaron representándonos a nosotros. A hora, todo lo hecho por el hombre le da lectura al hombre mismo y nos lo explica, la historia y su tarea tienen razón de ser, el tiempo como parte del conocimiento ahora nos pertenece y su organización y su uso también son nuestros.
     2.-Alguien debió trazar un círculo, y desde la memoria pudo al fin relacionarlo con alguna fruta, una manzana por ejemplo, luego quiso continuar el juego para descubrir que todo lo veía ya estaba guardado en la memoria y que representarlo era posible; ese alguien debió ser el primer dibujante, el que descubrió el primer lenguaje de la comunicación de naturaleza abstracta con el que podía imitar las formas de la naturaleza y su interés por ellas, su predilección o rechazo, que más tarde, también serían asuntos dignos de ser representados.  Pero las líneas, como materia prima, cumplían ya con un propósito determinado voluntariamente y dieron paso a la imaginación y su lenguaje.
    3.- Esto que veo delante de mí se llama cántaro porque guarda dentro de sí un espacio que es sonoro y porque canta, porque sirve para guardar el agua del río que también canta y porque su forma es redonda como todo lo que guarda y también porque  cuando aquel dibujante supo esto lo bautizó para los ojos de todos y para su comprensión en el juego de las líneas y de las palabras.

   
    

19 de noviembre de 2013

"Imaginar y lo que siga."

 Imaginar, es dar forma a lo que existe oculto en el espacio siempre abstracto de lo que pensamos, y la única posibilidad que tenemos para verlo, es darle una fisonomía, un cuerpo que habitado por la mayor de las herramientas del hombre lo consiga, porque con ello, la creación se convierte en credo y esto de creer en lo que hacemos, hace que el arte exista y que la imaginación sea una verdad inevitable. Se encierra en sí misma, convicta, autónoma e indispensable, encuentra dentro y fuera de sus límites la incuestionable razón que le otorga el espacio de la forma, pero la razón es cosa de humanos y como tal, responsabilidad de todos.
También sucede que para algunos la verdad no es verdadera y como consecuencia de ello es marginal, algo presente e inevitable, dispuesta para todos ... hace sus acomodos en una vía libre y fija objetivos paralelos, pero su condición es indivisible.  Aunque esté allí, delante, ejerce su propia tensión y moldea los rumbos de la conciencia, apunta siempre a destinos que no son propios del frío filo a que se refiere el calendario personal.  Se aleja, nos aleja y más tarde nos sorprende, se renueva. Siempre está detrás de la puerta, vive en los misterios de la razón, escondida en la casa.
El Arte es transgresor, invierte la realidad para acercarnos a ella; es decir, que nos enfrenta a un espejo y hace visibles nuestras distintas maneras de ver lo que no vemos. Nos descubre nuevas entidades abstractas semejantes a la mentira, que también existe.  Como lo que ahora vemos verdadero.          O.V.

*Fragmento de " imaginar y lo que siga ", utilizado como: " Monólogo para Leonora" en Julio de 2011 para el catálogo de Estíbaliz Valdivia, en Colima.